Lo más complicado para Olimpia en su encuentro de la Liga Concacaf fue el viaje que duró más de 24 horas, pero el rival le dio todas la comodidades para que los albos ganaran.

Pues desde que inició el juego el equipo de Surinam le dio la ventaja al albo, pues el dueño del club surinés, Ronnei Brunswijk de 59 años fungió como titular en el encuentro.

Brunswijk de 59 años fue el capitán y es el dueño del club inter.

Brunswijk ha sido condenado por tráfico de drogas en Europa, pero ayudó a que se instaurara la democracia en su tierra natal. Su generosidad le ha valido el apodo de Robin Hood y el culto de sus seguidores, pero ha hecho que muchos surinameses cuestionen la fuente de sus riquezas y sus motivaciones políticas.

En muchos sentidos, Brunswijk personifica las contradicciones de la pequeña e insular sociedad de Surinam, donde las líneas entre héroes y villanos se desdibujan, la historia se convierte en mito de manera instantánea y la gente ha aprendido que, para mantener la paz social, lo mejor es no hacer demasiadas preguntas.

“Todo lo que tengo, se lo doy a la gente”, dijo Brunswijk, de 59 años, en una entrevista en su oficina en una antigua edificación colonial con vistas a la solemne capital de Surinam, Paramaribo, el mes pasado. “Desde que era niño, quise ayudar a los demás. Ahora tengo la oportunidad de ayudar a todo el país”.

Ronnie Brunswijk, vicepresidente de Surinam y presidente del Inter Moengotapoe, es titular en el partido contra el Olimpia. Además, tiene 60 años y su hijo también es titular con el dorsal 10 y también un sobrino que fue el primero en ser sustituido.

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