Sevilla, 3 sep (EFE).- El Barcelona sigue imparable tras vencer por 0-3 a un Sevilla impotente, sin ideas ni efectividad en ataque, y encadenó su tercer triunfo con un partido muy serio y solvente en el Ramón Sánchez-Pizjuán, donde marcó la diferencia con los goles de Raphinha, Lewandowski y Eric García ante un rival que sigue sin ganar.

El Sevilla salió muy fuerte y pudo adelantarse, pero un gran arranque desde atrás del francés Dembelé desembocó en el 1-0 de Raphinha en el minuto 21, lo que cambió el signo de un partido que se inclinó aún más para un Barcelona dominante con un gran gol de Lewandowski en el 36, tras bajar el balón con el pecho y definir como un auténtico crack. Tras el descanso hizo el tercero por medio de Eric García en el 50, y ahí se acabó todo.

El Sánchez-Pizjuán albergaba una prueba de fuego para ambos equipos por motivos contrapuestos. Una reválida para el Barcelona, tras su buen inicio (7 puntos y 8 goles en las dos últimas jornadas), y un examen en toda regla para un Sevilla ya cuestionado y lleno de dudas (1 punto de 9 y 3 tantos a favor y 5 en contra), y además sólo tres días antes de recibir a otro ‘gigante’ como el City en el estreno de la ‘Champions’.

Con sólo dos de sus seis refuerzos en el campo, el central galo Nianzou y el mediapunta Isco, éste una de las seis novedades en el once junto a los argentinos Montiel y Acuña, el serbio Gudelj, el croata Rakitic y el marroquí En-Nesyri en punta, Julen Lopetegui hizo una pequeña revolución para buscar la reacción de su equipo.

En el Barça, Xavi Hernández apostó por el bloque que tan buen resultado le ha dado en este arranque, con sendas goleadas a la Real Sociedad y al Valladolid, con el único cambio del centrocampista Gavi por Ansu Fati para dejar la faceta ofensiva al francés Ousmane Dembelé y al brasileño Raphinha, con Lewandowski arriba como ‘matador’.

Pese a los nervios que se le presuponían al cuadro sevillista, los de Lopetegui salieron a tope, con una gran intensidad, con una presión alta muy efectiva, robando balones en zonas peligrosas y llegando bien a la meta azulgrana. Primero avisó Rakitic, pero su tiro, tras un genial pase al hueco de Isco, lo despejó con la punta de los dedos el alemán Marc-André Ter Stegen y después Araujo, a los 5 minutos.

Lo intentaron Lamela e Isco, que hizo unos buenos minutos en este arranque, pero el gol del argentino fue anulado por un claro fuera de juego y el malagueño, que también había partido en posición antirreglamentaria, disparó alto. Luego En-Nesyri falló un mano a mano ante Ter Stegen, y ahí se acabó el empuje sevillista.

Pedri y Gavi se adueñaron del medio campo y Dembelé echó mano de su verticalidad para meter en problemas al Sevilla, que, pese a su intenso y buen comienzo, se diluyó al primer gol, justo poco antes del ecuador de esta mitad, cuando una arrancada del francés la remató un activo Lewandowski y, aunque Fernando salvó el gol en primera instancia, el rechace lo cabeceó Raphinha, también inspirado, para hacer el 0-1.

Esto fue una losa para un Sevilla impotente, que vio cómo su esfuerzo y ofensiva inicial se quedó en nada. El Barça, muy sólido y efectivo, se hizo ya con el dominio total del juego y amplió su renta a 9 minutos del descanso con un gran gol de Lewandowski, el quinto como azulgrana en cuatro partidos.

El polaco, que une una gran calidad técnica a su condición de auténtico ‘pistolero’ del área, bajó a la perfección con el pecho un centro en largo, medido, del exsevillista Koundé y fusiló al marroquí Bono. Aún pudo marcar el tercero el cuadro de Xavi antes del descanso, pero Dembelé, con todo a su favor, no atinó.

En la reanudación, Lopetegui metió en el campo al central del filial Carmona y al medio danés Delaney, su equipo arriesgó pasando a una zaga de tres y con los posteriores cambios, al debutar el delantero danés Dolberg y entrar también Suso Fernández y el argentino Papu Gómez, pero sin ningún éxito para los hispalenses.

Y es que el Barcelona siguió a lo suyo y, además, tuvo la fortuna de que cuando el Sevilla marcar para meterse de nuevo en el partido, Eric García machacó con el 0-3 al rematar una dejada de cabeza de Koundé, en la segunda asistencia del exsevillista en su vuelta a Nervión, tras un córner. El defensa catalán fue sustituido por lesión poco después de estrenarse como goleador.

Ahí se acabó el duelo, pues, aunque Lamela se sacó un tiro muy flojo que ni mucho menos puso en apuros al alemán Ter Stegen y el cuadro andaluz nunca se rindió, el Barcelona ya manejó el juego y el tiempo a su antojo, con una clarísima ventaja en el marcador que lo único que provocó fue el quiero y no puedo de los locales.

Los intentos a la desesperada del Sevilla fueron baldíos y, además, dejaba muchos espacios para la velocidad letal en ataque de los azulgranas, que, ya con los cinco cambios agotados por Xavi para refrescar a su gente, pudieron redondear su goleada en dos opciones del omnipresente Lewandowski, pero Bono lo impidió en ambas y se llegó al final con una pitada del sevillismo, impotente y desencantado, a su equipo.

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