Se llama Carlos Alcaraz, tiene 19 años de edad, es español, hoy ganó el primer Grand Slam de su carrera. Este domingo venció al noruego Casper Ruud 6-4, 2-6, 7-6 y 6-3.

Con esto, Alcaraz ganó su primer Grand Slam y se llevó 2.4 millones de dólares de la cancha de Nueva York.

Además, el español Carlos Alcaraz (19 años y 4 meses) se convierte en el jugador más joven en alcanzar el número 1 de toda la historia del tenis profesional masculino.

Con esto supera, destroza, el récord de Lleyton Hewitt que fue líder del ranking mundial con 20 años y 9 meses en 2001.

Alcaraz demostró toda su gallardía y potencia en un duelo que se prolongó por tres horas y veinte minutos. Desde un comienzo, el murciano sacó a relucir su agresividad e impuso condiciones ante un Casper Ruud que buscó hacerle daño con su juego de pies y estilo más tradicional.

El extenista español Juan Carlos Ferrero es la figura clave en la formación y meteórica carrera de Alcaraz.

Después de una breve etapa entrenando a Alexander Zverev, de quien terminó desilusionado por la falta de disciplina, Ferrero asumió en 2018 el reto de formar personalmente a Alcaraz cuando este apenas tenía 15 años.

El adolescente de El Palmar, un pueblo de 20.000 habitantes, daba raquetazos desde que era niño en la escuela de tenis que dirigía su padre y en 2018 había ganado títulos europeos y españoles en categorías inferiores.

En ese entonces, Alcaraz ya estaba bajo el ala de Albert Molina, agente de la multinacional IMG y arquitecto de las carreras de otros jugadores españoles, como Pablo Carreño.

Molina estableció el nexo entre Alcaraz y Ferrero, quien descartó ofertas para entrenar a otras joyas y acogió al adolescente en su academia de Villena (Valencia), a 120 kilómetros de El Palmar (Murcia), ilusionado con el talento en ciernes, humildad y capacidad de esfuerzo de Alcaraz.

Para el tenista, Ferrero es mucho más que un entrenador. Además del vínculo profesional, en el que trabajan mano a mano en cancha y gimnasio, ambos mantienen una estrecha relación personal y juegan juntos al golf para relajarse.

Por una vez, Ferrero no pudo acompañar a Alcaraz en su recorrido de abril por el Masters 1000 de Miami debido al fallecimiento de su padre. El entrenador, sin embargo, sorprendió a su entusiasmado pupilo al aparecer en su hotel unas horas antes de la final que jugó y ganó ante Ruud, quien no fue obstáculo para su hazaña en el US Open.

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