Con goles de Alaba y Benzema, hombre récord, el elenco español venció al Frankfurt y se quedó en la Supercopa de Europa.

Es que el Merengue le tiró toda la chapa de una vez cuando David Alaba abrió el partido y desde entonces ya no hubo paridad. Por el contrario, hubo tiempo para que el elenco español sacara a relucir su experiencia para manejar la final y cerrarla con la frutillita del postre: el gol de Karim Benzema, ya convertido en el 2° máximo artillero histórico del Real con 324.

Vaya paradoja: en Finlandia, el Madrid arrancó su temporada. Y lo hizo con un nuevo trofeo para su vitrina. La quinta Supercopa que le permitió alcanzar al Barcelona y al Milan como los más ganadores del certamen, y el que le desbloqueó otro nivel de récord a Ancelotti: el DT italiano ya suma cuatro y es el que más veces la levantó, una más que Guardiola. Una historia que es redonda por donde se la observe, aunque no se condice con lo que fue el inicio del cruce frente al equipo alemán.

Porque el vigente campeón de la Europa League le plantó batalla al Merengue, con un Rafael Borré activo, haciendo el trabajo sucio y transformándose casi en un armador para abastecer al japonés Kamada, que nada pudo hacer frente a un Courtois en modo Champions…

ero lo dicho: una vez que el Madrid pudo clavar la primera daga ya todo se le hizo más fácil como equipo. Y por eso el grito de Karim Benzema llegó por decantación. O porque el francés está imantado de gloria y necesita coronarlo con el próximo Balón de Oro…

El Eintracht Frankfurt, que tuvo a Lucas Alario ingresando en el ST, quedó rendido frente a la inmensidad de un conjunto español que sigue agigantando su imagen a nivel mundial a fuerza de títulos y una mística inigualable.

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