La selección española de fútbol se enfrenta este martes a las 9.00 am a la de Marruecos en octavos de final del Mundial de Qatar. El Education City de la capital, Doha, albergará este encuentro crucial.

España llega con la obligación de no repetir errores como los que costaron la derrota ante Japón. Unos minutos de desconexión en los que los ‘samuráis azules’ anotaron dos goles en dos pérdidas de balón.

El seleccionador, Luis Enrique, avisó en la previa de que, primero, «los errores se pueden repetir» y de que el equipo titular serían «Luis Enrique y once más». Eso da una idea de la posición de liderazgo que ejerce el técnico, ya nada disimulada.

Pero a lo largo de lo visto en el torneo, en los pasados tres partidos, se pueden adivinar ciertas posiciones como fijas para Luis Enrique. Empezando por la portería, donde las críticas a Unai Simón por su forma arriesgada de jugar con el pie no han cambiado la opinión del entrenador.

Sigue siendo fijo en la meta, al igual que Rodri Hernández en el eje de la defensa; un ‘experimento’ que ha dado a la Roja cierta fluidez en la salida de balón desde atrás y una manera de romper la presión rival.

Tampoco se duda de la presencia del capitán, Sergio Busquets, que lleva desde el segundo partido apercibido y para el tercero ya lo defendió públicamente, diciendo que no iba a especular con su titularidad.

Los 26 de España están disponibles, pero las molestias en el sóleo que lastraron a Azpilicueta colocan a Dani Carvajal como lateral derecho titular, con Jordi Alba en el izquierdo; veteranía por los flancos. Y junto a Rodri, el regreso de un Laporte al que se echó de menos ante Japón.

Pedri y Gavi, intocables junto a Busquets

Pedri y Gavi han sido intocables en los tres partidos junto a Busquets y no parece que la tónica vaya a variar frente a Marruecos. La que más ha rotado hasta ahora ha sido la delantera, pero el estado de forma de Morata y el de Dani Olmo dejan como única duda su acompañante, que podría ser Ferran Torres o Marco Asensio.

Enfrente está una selección de Marruecos que busca superar su tope en los Mundiales y lo hace con la que es su mejor selección hasta el momento. Un combinado lleno de talento individual, que el técnico Wahid Regragui ha dotado de espiritu colectivo.

Llegan después de liderar su Grupo F por delante de Croacia y dejando en la cuneta a la número uno del ranking FIFA, Bélgica, terminando los tres partidos invictos. Un estado de euforia del que recela Luis Enrique y que se verá reflejado en la grada con mayoritario apoyo del público árabe frente a unos 5.000 españoles.

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