São Paulo, 28 dic (EFE).- Santos, uno de los clubes históricos del fútbol brasileño, cierra un fatídico 2023 marcado por su inédito descenso a la segunda división, el primer año sin su eterno ídolo Pelé y una crisis que espera superar en un 2024 lleno de incógnitas.

De comienzo a fin, 2023 fue una temporada para olvidar para el conjunto de la ciudad de Santos que comenzó con su eliminación inesperada en la fase de grupos en el Campeonato Paulista, el torneo regional del estado de São Paulo.

Paralelo al flojo desempeño que el equipo tuvo en la cancha, desde comienzos de año también se desencadenó una avalancha de problemas en la gestión del club que fueron sazonados por la disputa interna previa a las elecciones de la nueva junta directiva de diciembre.

El 9 de diciembre, ya con el equipo a punto de descender, Marcelo Teixeira fue elegido por amplia mayoría como presidente para el trienio 2024-2026, un cargo al que retorna después de haberlo ocupado en los períodos 1991-1992 y 2000-2009.

Doloroso descenso

En su primer año sin su eterno ídolo Pelé, quien falleció el 29 de diciembre de 2022 como consecuencia de un cáncer, Santos sufrió el duro golpe del descenso, el primero en sus 111 años de historia y que fue lamentado por las grandes figuras que pasaron por el club.

«Seré Santos aunque la pelota no entre, aunque Vila (el estadio Vila Belmiro) calle (…), aunque la victoria esté lejos», escribió en la red X después del descenso el delantero Rodrygo, del Real Madrid y una de las crías del club.

Pepe, que fue compañero de Pelé, publicó en su Instagram: «A mis 88 años, mi corazón ha experimentado muchas emociones, buenas y malas. Vi con incredulidad cómo el Santos descendía a la Serie B. Pero recordemos que Santos es grande».

«Ahora es el momento de reconocer la irregular campaña e identificar los errores para reestructurarnos y volver a la Serie A. Una mala campaña que culminó en el descenso jamás podrá empañar la gloriosa historia que hemos escrito», agregó Pepe.

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