Una celebración privada por el inicio de las actividades rumbo al Mundial 2026, terminó de forma inesperada en la Bahía de Biscayne, Miami, tras la llegada de un equipo federal liderado por la Guardia Costera y un agente de inmigración. Entre los asistentes estaba la alcaldesa del condado, Daniella Levine Cava.

La embarcación donde se desarrollaba la fiesta fue objeto de una inspección por parte de las autoridades, quienes solicitaron identificación a la tripulación. La alcaldesa calificó el hecho como “profundamente preocupante”, temiendo que esto afecte la percepción de seguridad de los visitantes extranjeros.

Levine Cava, en su segundo mandato, advirtió que situaciones como esta podrían enviar señales equivocadas justo cuando Miami se prepara para recibir eventos deportivos de talla mundial. “Esto no debería haber sucedido”, afirmó en su declaración oficial.

La Guardia Costera respondió, que se trató de una inspección rutinaria relacionada con temas de seguridad marítima, sin relación directa con la aplicación de leyes migratorias a los asistentes. Aclararon que las verificaciones se realizaron únicamente al personal de la embarcación.

Miami-Dade ha invertido más de 40 millones de dólares como sede del Mundial 2026. La alcaldesa subrayó la necesidad de garantizar que todos los visitantes se sientan bienvenidos y seguros, para proteger la reputación internacional del condado como un destino acogedor.