Bayern Múnich debutó en el nuevo Mundial de Clubes con una demostración aplastante: un 10-0 sobre Auckland City que no solo marcó la mayor goleada en la historia del torneo, sino también una clara declaración de intenciones del equipo alemán.

Desde el primer minuto, los bávaros impusieron su ley con un ritmo imposible de igualar. El primer tiempo terminó 6-0. Kingsley Coman abrió la cuenta, siguió el recién fichado Michael Olise con un golazo y luego Thomas Müller, eterno capitán, marcó un doblete que dejó sin aliento a los neozelandeses. El lateral Sacha Boey también se unió a la fiesta. Fue una arrasada imposible de contener.

Pero lo mejor estaba por venir. En la segunda mitad, Jamal Musiala ingresó en el minuto 61 y necesitó apenas media hora para firmar un hat-trick que levantó a todo el estadio. Con apenas 21 años, el mediocampista alemán mostró por qué es considerado uno de los talentos más brillantes del fútbol mundial. Müller cerró la cuenta con su tercer tanto personal y dejó al marcador en dobles dígitos: 10-0. Casi sin despeinarse.

La diferencia fue tan abismal como esperada. Auckland City, equipo semiprofesional de Nueva Zelanda, resistió lo que pudo, pero enfrentó a una maquinaria perfectamente aceitada. A pesar de la goleada, los jugadores oceánicos se mostraron orgullosos por la experiencia vivida en el máximo escenario.

Este resultado no solo bate récords: también envía un mensaje al resto del Grupo C, donde Bayern enfrentará a Boca Juniors y Benfica. El objetivo es claro: ser campeones del mundo.