El Mundial de Clubes 2025 vivió su primera gran sacudida: Botafogo de Brasil derrotó 1-0 al París Saint-Germain en el mítico Rose Bowl de Pasadena y mandó un mensaje claro al resto del torneo: el poder sudamericano sigue vivo.

El duelo, cargado de simbolismo, trajo recuerdos de la vieja Copa Intercontinental. Champions vs Libertadores. Europa vs Sudamérica. El favorito de las apuestas, PSG, llegó con su habitual despliegue de estrellas, pero fue superado en momentos clave por un Botafogo que supo golpear cuando más dolía.

Luis Enrique comenzó con una alineación joven, con varios nombres que recién empiezan a ganarse espacio en el gigante francés. Desde el primer minuto, el PSG trató de imponer condiciones con una presión alta y posesión abrumadora, pero no logró romper la muralla brasileña. Botafogo, dirigido por Renato Paiva, apostó por el orden, el sacrificio colectivo y las transiciones rápidas.

Y fue justamente en una jugada de contragolpe que llegó el único tanto del encuentro. A los 36 minutos, Igor Jesús aprovechó un descuido en la zaga parisina y definió con categoría para el 1-0 que terminó siendo definitivo. Golpe de autoridad.

En el complemento, el PSG adelantó líneas y buscó el empate por todos los medios. Tuvieron el balón, sí. También generaron algunas llegadas. Pero entre la falta de claridad y el trabajo defensivo de Botafogo, el gol nunca llegó. Telles y Savarino se multiplicaron por las bandas, aguantando los embates europeos hasta el pitazo final.

Con este resultado, Botafogo mete presión en su grupo y PSG se ve obligado a ganar en la próxima jornada si quiere seguir con vida. La Libertadores sonríe. La Champions, por ahora, tambalea.

Y en esta nueva era del Mundial de Clubes, América sigue demostrando que aún puede desafiar a los gigantes del Viejo Continente.