Este triunfo rompe la racha victoriosa de España, que había encadenado títulos desde la UEFA Nations League de 2023, pasando por la Eurocopa 2024 y aspiraba a lograr una triple corona histórica. La derrota deja un sabor agridulce para la Roja, que ahora se enfoca en el próximo Mundial, programado para el año siguiente, con la esperanza de revancha y recuperación.
Terminó 2-2 en el tiempo reglamentario y se decidió en una emocionante tanda de penales, donde los lusos vencieron 5-3. La final, inédita en la historia del torneo, mantuvo a los aficionados en alerta desde el primer minuto, con ambos equipos saliendo con intensidad en busca del título. España, que buscaba su bicampeonato, abrió el marcador al minuto 21 gracias a un gol de Martín Zubimendi.
En la segunda mitad, Portugal reaccionó con carácter, Cristiano Ronaldo a sus 40 años, logró igualar el marcador con un tanto memorable, demostrando que su talento y liderazgo siguen vigentes en la élite del fútbol internacional. Por otro lado, Lamine Yamal, la joven promesa española de solo 17 años, no pudo repetir la brillantez de partidos anteriores y no tuvo el protagonismo esperado en la final, aunque su presencia sigue siendo vista como un símbolo del futuro del fútbol español.
En la tanda de penales, Cristiano Ronaldo, liderando a un Portugal inspirado, fue clave para asegurar la victoria y consagrarse como el equipo más ganador de la historia del torneo europeo. La actuación del capitán portugués, junto con una sólida defensa y un ataque efectivo, evitaron que España lograra su objetivo de repetir el bicampeonato.
El torneo ha sido un reflejo del crecimiento del fútbol en ambas naciones, con generaciones emergentes y veteranos que aportan experiencia y talento. La victoria de Portugal, además de ser un logro histórico, reafirma su posición como potencia emergente en el fútbol europeo, con una plantilla que combina veteranía y juventud en perfecta armonía.
Con este título, Portugal se convierte en el primer país en ganar dos veces la UEFA Nations League, consolidando su estatus en el fútbol continental. La final también deja abiertas varias preguntas de cara al futuro, incluyendo el papel de las nuevas figuras en España y el renovado interés de Portugal en mantener su éxito en los próximos torneos internacionales.
La victoria no solo representa un título más para Portugal, sino también un reflejo de su espíritu competitivo y su capacidad para remontar en momentos decisivos, dejando a los aficionados portugueses y a los seguidores del fútbol europeo con un recuerdo inolvidable de esta épica final.