A sus 40 años, Cristiano Ronaldo sigue trazando su futuro más allá del fútbol, allanando el camino hacia su «jubilación» de una manera que refleja su ambición y visión de largo plazo. Mientras disfruta de sus últimas temporadas como jugador profesional, sin señales claras de querer retirarse, el astro portugués ya se prepara para el momento en que decida colgar las botas. Y, como siempre, lo hace a lo grande: esta vez, en Hollywood.
Considerado por muchos el ‘rey Midas’ de los negocios, Cristiano Ronaldo ha forjado una nueva alianza que fusiona el mundo del deporte de élite con el cine de acción. Junto al aclamado director británico Matthew Vaughn, marido de la modelo Claudia Schiffer, ha creado UR•Marv, un estudio cinematográfico independiente con la ambición de revolucionar la industria. Su propuesta busca innovar tecnológicamente sin perder de vista la esencia del cine clásico, prometiendo redefinir las reglas del entretenimiento.
«Este es un capítulo emocionante para mí, mientras me adentro en nuevas aventuras empresariales», afirmó Cristiano Ronaldo al anunciar su nueva iniciativa, tal como lo recoge el portal especializado Variety. Por su parte, Matthew Vaughn, reconocido por su estilo narrativo visualmente impactante y sus icónicos títulos como Kick-Ass, Kingsman y X-Men: Primera Generación, no escatimó en elogios hacia Ronaldo: «Cristiano ha creado historias en el campo que yo jamás podría haber escrito. Es un superhéroe de la vida real».
El nuevo estudio ya ha dado sus primeros frutos: dos películas de acción completamente finalizadas y una tercera en camino, todas pertenecientes a una misma saga que pronto revelará su primera entrega. El objetivo de UR•Marv es claro: construir una nueva narrativa cinematográfica desde la fusión del talento deportivo, la visión empresarial y la potencia de Hollywood.
Este emprendimiento se suma a una extensa lista de negocios que han convertido a Ronaldo en algo más que un deportista. Considerado por muchos un as dentro y fuera del terreno de juego, todo lo que CR7 toca se transforma en oro: desde hoteles de lujo y gimnasios, hasta líneas de moda, clínicas capilares y medios de comunicación.
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