Roma, 14 sep (EFE).- El Benfica se impuso este miércoles a domicilio (1-2) a un Juventus que se adelantó en el marcador pero que, tras un inicio perfecto, volvió a ser el equipo plano que acostumbra últimamente y se mantiene inmerso en una crisis de juego y resultados que le complican, por el momento, la clasificación a octavos en la Liga de Campeones.

Los blanquinegros sacaron su mejor versión, peligrosos en ataque, con criterio en un centro del campo dominado por Paredes e infundiendo respeto. La mezcla fue explosiva, confianza que se convirtió en gol antes del minuto cinco.

Y no fue Vlahovic, sino que volvió a aparecer el que se está convirtiendo en el clavo ardiendo al que se agarra Massimiliano Allegri, personificado en el recién llegado Milik, que con un testarazo a centro lateral de Paredes puso el esférico pegado a un palo y, por un momento, hizo soñar a los ‘tifosi’ de la ‘Vecchia Signora’ con un cambio de dinámica. Por un momento les hizo creer que el equipo había vuelto.

Despertó el Benfica de la mano de Joao Mario, Florentino y Neres. Reaccionaron después del tanto encajado y fueron domando el partido, inclinando poco a poco la balanza hacia su lado. Al final del primer acto el dominio era total del equipo luso, pero no habían conseguido superar a Bremer, Bonucci y Danilo, el último reducto de esos primeros diez minutos.

Hasta que un error de Miretti en forma de torpe penalti abrió el camino del Benfica y selló el destino juventino. Joao Mario no falló desde los once metros y empató la contienda.

Luego llegó el gol de la remontada. Esta vez a cargo de Neres, que recogió en el área el rechace de un gran Perin, que mantuvo con sus paradas el marcador inamovible, y disparó cruzado, desde el perfil diestro y con la zurda, pegado al palo derecho de la meta.

Manchester City vence al Borussia

En el reencuentro con su exequipo, el Borussia Dortmund, y en uno de los partidos más grises del Manchester City, acudió al rescate Erling Haaland para culminar una remontada y acentuar el dominio del conjunto de Pep Guardiola en el Grupo G de la Liga de Campeones (2-1).

Fue una de las peores tardes del campeón de la Premier. Tanto en el juego como en la gestación de ocasiones. Nada que ver con lo que es habitual en el cuadro de Guardiola, dominador y dueño de los partidos. Tardó ochenta minutos en disparar entre los tres palos el Manchester City. Tuvo cerca la derrota. Pero en cuanto tuvo oportunidad dio un giro al choque y se apuntó un nuevo triunfo.

Le sobra talento al conjunto citizen, que goleó al Sevilla en la primera fecha y con eso fue suficiente ante un rival que fue mejor mucho tiempo y que mantuvo el tipo hasta el final.

Jude Bellingham puso a ganar al Borussia Dortmund al minuto 57, pero a los 80 minutos, John Stones hizo el empate y al 84 Erling Haaland puso el 2-1.

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