La estrella danesa Christian Eriksen, víctima de un paro cardíaco, el sábado en el partido contra Finlandia de la Eurocopa, necesitará que se le implante un desfibrilador bajo la piel para regular su ritmo cardíaco, anunció este jueves la Federación Danesa de Fútbol (DBU), a horas del partido contra Bélgica en el que se homenajeará al jugador.

La federación no dio ninguna información sobre las consecuencias que tendrá llevar este desfibrilador en la carrera del jugador de 29 años del Inter de Milán, apelando a «dejar en paz» a él y a su familia.

Aunque la medida podría parecer una mala noticia, otros futbolistas como el neerlandés Daley Blind pudieron continuar con sus carreras después de habérseles implantado un desfribilador parecido, que permite controlar y regular el ritmo cardíaco.

El sábado, en el tramo final del primer tiempo del partido Dinamarca-Finlandia, Eriksen se desplomó brutalmente sobre el césped, con la mirada perdida.

Devuelto a la vida después de un masaje cardíaco y tras el uso de un desfibrilador, recuperó el conocimiento luego de largos minutos de angustia entre sus familiares, compañeros y los 16.000 testigos directos, antes de ser trasladado al hospital.

El martes, el jugador colgó en las redes sociales una foto suya, con signos de cansancio en el rostro, pero sonriente, explicando que estaba «bien dentro de las circunstancias». Pero el cuerpo técnico danés dio muy pocos detalles para referirse a su estado de salud.

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