Mide 1.68 metros y parece tener una mutación pulmonar. Nunca deja de correr. Nunca se cansa de incomodar. Y casi siempre es humilde. Es millonario, pero desde hace dos años tiene el mismo carro. Su historia quizás algún día esté en el cine, no es seguro, de lo que no hay duda es que N’Golo Kanté es uno de los jugadores más queridos del planeta.

Sin ser polémico o extravagante, este pequeño de «múltiples» pulmones ha puesto a sus pies el mundo de fútbol. En el campo es solidario e infatigable. Antes sus exhibiciones pasaban desapercibidas, pero ahora es imposible. Y cuando el Chelsea se convirtió en rey de Europa venciendo 1-0 Manchester City, Kanté fue puesto en el pedestal como mejor jugador del partido.

Cuando Francia fue campeón del mundo en Rusia 2018, el mediocampista de ascendencia maliense fue uno de los jugadores más reconocidos por sus compañeros y por su entrenador Didier Deschamps, en aquella Copa del Mundo. “Debe tener unos 15 pulmones, de lo contrario, no entiendo cómo se puede correr tanto”, se preguntó su compañero  de selección Paul Pogba, hace tres años.

En el 2016, Kanté fue protagonista principal de una de las historias más bonitas que ha regalado el fútbol moderno cuando el modesto Leicester City se convirtió en campeón de la Premier League. El técnico campeón de ese entonces Claudio Raniery contaba que a Kanté había que frenarlo en los entrenamientos porque no paraba.

Pero la vida de Kanté no siempre fue así. A los 7, juntaba basura y chatarra para reciclar y así ayudar con la economía de su hogar, según consignó Globoesporte.

Cuenta el sitio Infobae de Argentina que cuando el país celebraba con el primer título del mundo en Francia 1998, él recorría los suburbios de París junto con su papá. Y aunque se convirtió en huérfano de padre con solo 11 años, Kanté nunca se alejó del verdadero camino que debía transitar en su vida.

Mientras crecía en la adversidad, soñaba con ser un futbolista profesional. Algunos clubes (Rennes, Sochaux y Lorient, entre otros)  lo rechazaron por su baja estatura. A los 19 años, el sueño de Kanté se alejaba. Se encontraba en la sexta división, pero él nunca dejó de correr. Nunca se rindió.

En 2013, llegó al Caen de la primera división de Francia. Y el resto es historia. Campeón de la Premier League, campeón del mundo y ahora campeón de la Champions.

Cuando le preguntaron su premio como jugador más valioso de la final que Chelsea ganó al Manchester City, dijo:»Es secundario, lo principal es lo que hicimos. La recompensa es la victoria. Es el resultado de mucho esfuerzo y del trabajo de todo el grupo».

Deja tu comentario