El hondureño Luis Palma fue uno de los protagonistas de la jornada de este miércoles en la Champions al anotar uno de los goles con que el Celtic empató 2-2 ante el Atlético de Madrid.

Luis Palma es el segundo jugador hondureño que marca en la Champions League y el tercero que lo hace en toda la historia de la Copa de Europa. Los anteriores fueron Andy Nájar y José Enrique Cardona.

En el minuto 25, con el 1-1 de Antoine Griezmann con la derecha en el rechace de un penalti que él mismo había lanzado y fallado con la izquierda (la tocó Hart y golpeó en el poste), recayó de nuevo instantes después, en concreto en tres minutos y 17 segundos. Del 24:30 del gol del francés al 27:47 del derechazo dentro del área de Luis Palma. No llegó Galán. Su golpeo fue incontestable.

El gol del extremo hondureño, cambiado de banda puntualmente para esa acción, fue una advertencia nítida. En la Liga de Campeones, nadie gana porque sí. El Celtic era mejor entonces, mucho mejor, en cualidades tan básicas en el fútbol actual como la intensidad, la colocación, la voracidad, la presión… Jan Oblak aún paró un remate de O’Riley. Y el árbitro anuló un gol por fuera de juego a Axel Witsel, cuyo cabezazo era en posición ilegal.

Simeone corrigió el descanso. Se fue Galán, sobrepasado y amonestado, y entró Riquelme. Se marchó Saúl, desaparecido, e irrumpió Llorente. Entre las dudas de su inicio de temporada, Marcos es vertiginoso. Fuerza pura. Su conducción abrió un horizonte que no había divisado el Atlético hasta entonces, cuando se plantó cerca del área y entregó un gran centro. Morata lo cabeceó de forma incontestable. Un fantástico remate. Minuto 50.

Necesitaba aún más el Atlético, que probó dos veces más a Hart en los instantes posteriores al 2-2, por medio de Morata (cambiado después con 2-2 por Correa, en el minuto 72), con un córner directo de Griezmann, con un tiro de Llorente y con otra vertiente muy distinta al primer tiempo. Griezmann, en modo jugador total. De Paul, al mando, hasta que hizo una entrada de final imprudente, cuando levantó el pie, y recibió la segunda amarilla ya en el 82.

Ya jugó definitivamente en campo contrario, llegó por todos los lados, fue mejor que su oponente, al que limitó a algún contragolpe esporádico.

Palma salió del campo al minuto de 67 con el estadio del Celtic de pie, con un aplauso sonoro que emocionó al catracho y a todo un país.

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