Las Navidades de la familia Messi siempre transcurrieron en el Barrio La Bajada, en Rosario. Ahí se armaba el asado con íntimos y vecinos, se sacaban las mesas a la calle y se descorchaba después de las 12. Eran los años 90 y Lionel ya daba cátedra con la Categoría 87 de Newell’s en el predio Malvinas Argentinas.

Pero el nene zurdo no llegaba cansado ni a Nochebuena ni a fin de año. El amor por la pelota siempre podía más.

Por eso, podía agradecerle un rato a Papá Noel si le regalaba una bicicleta, una pelota o una camiseta de la Lepra, pero enseguida se ponía a pelotear en la vereda. La reunión familiar en las Fiestas es algo que nunca negoció ni el año en que fue fichado por el Barcelona.

Deja tu comentario