Madrid, 10 dic (EFE).- El Girona recuperó el mando de LaLiga EA Sports con una soberana actuación en Montjuic ante el Barcelona (2-4), al que desmontó con buen fútbol y pegada, cualidades que le hacen ser líder de ley, hoy por hoy un aspirante a todo aunque quede aún más de medio curso por delante y tenga que resistir a los tres grandes del fútbol español.

No podía encontrar mejor momento el equipo gerundense para ganar por primera vez en su historia en la Liga al Barcelona, con el que nunca había podido. A la séptima fue la vencida. Hace cinco años, con Eusebio Sacristán en el banquillo, estuvo cerca (2-2), pero se lo impidieron Leo Messi y Gerard Piqué, e incluso la pasada campaña sacó un 0-0.

Esta vez sí pudo. El conjunto de Míchel Sánchez demostró en la ‘Montaña Mágica’ que es un señor equipo. No cabe casualidad alguna en su situación en la tabla. Es el líder por absoluto merecimiento, como demuestra jornada tras jornada.

El empate del Real Madrid el sábado en Sevilla ante el Betis (1-1) le abrió las puertas para recuperar el primer puesto y lo aprovechó pese a tener enfrente al mismísimo defensor del título, el todopoderoso Barcelona, que se presentaba reforzado por su victoria la semana pasada ante el Atlético de Madrid pero que no pudo ante este Girona y por momentos fue desarbolado con claridad meridiana.

Ni si quiera arredró a los pupilos de Míchel que el equipo de Xavi Hernández respondiera con rapidez al gol inicial del ucraniano Artem Dovbyk (m.21) con un remate de cabeza del polaco Robert Lewandowski a la salida de un córner (m.19).

El Girona es un equipo atractivo y atrevido. Lo ratificó cerca del descanso con el zurdazo del lateral Miguel Gutiérrez (m.40), quien poco antes había avisado. Y durante toda la segunda mitad cuando el equipo de Xavi Hernández trataba de evitar el k.o.. Valery Fernández, que acababa de salir, pareció dar la puntilla (m.80) a un Barcelona que estaba en la lona y desarbolado.

Aún así, tras malograr el Girona varias ocasiones, aún tuvo que sufrir unos minutos. El alemán Ilkay Gundogan elevó el 2-3 en la prolongación y Lewandowski, solo, tuvo el empate en su cabeza, pero remató fuera y el uruguayo Cristhian Stuani sí que remató el choque para dejar al Barcelona nada menos que a siete puntos de la cabeza, a cinco del Real Madrid e igualado con el Atlético de Madrid.

El conjunto de Diego Pablo Simeone sufrió lo indecible para ampliar a 17 su racha de triunfos ligueros seguidos en el Metropolitano (19 en el total). El colista Almería, único de las grandes ligas que aún no ha ganado partido alguno, estuvo a punto de propinarle un serio disgusto.

Y eso que en los primeros 22 minutos quedó reflejado en el césped la tremenda diferencia entre ambos equipos. El Atlético empezó como un avión, fraguó su dominio en los goles de Álvaro Morata (m.17) y el argentino Ángel Correa (m.22), pero a partir de la media hora se echó a dormir, tanto que si no es por Jan Oblak el resultado podía haber sido distinto al 2-1.

El conjunto de Gaizka Garitano comenzó a emerger antes del descanso y en la segunda parte se hizo merecedor a algo más que el tanto del brasileño Leo Baptistao (m.62). El Almería, que tan solo cuenta un punto en sus desplazamientos, rozó el empate pero Oblak se lo impidió y permitió al Atlético salvar el partido, recuperar la tercera plaza y no perder más terreno respecto a Girona y Real Madrid.

La tragedia rodeó el encuentro entre el Granada y el Athletic en el Nuevo Los Cármenes, que había comenzado con una gran intervención en el primer minuto de Unai Simón ante el albanés Myrto Uzuni y con un tempranero gol de Iñaki Williams (m.6) gracias a un fallo del meta portugués Andre Ferreira. Tuvo que ser suspendido también en el tramo inicial por el fallecimiento de un abonado del club local que se encontraba en la grada.

Inicialmente se detuvo el partido mientras las asistencias trataban la emergencia médica, pero tras una hora se decidió la suspensión. La jueza de competición de la Federación, Carmen Pérez, a solicitud de LaLiga y de conformidad con el Departamento de Competiciones, decidió que se reanude a partir del minuto 17 este lunes a las 21.00 horas, la misma a la que se jugará el Rayo Vallecano-Celta.

Y el duelo de necesitados en el Nuevo Mirandilla entre el Cádiz y Osasuna se saldó con unas tablas (1-1) insuficientes y polémicas por la concesión del penalti que permitió al conjunto navarro igualar la contienda.

El Cádiz, que se había adelantado a los 19 minutos con un precioso cabezazo de Roger Martí, protestó amargamente la decisión del colegiado Juan Martínez Munuera de considerar, tras ser avisado por el VAR y acudir al vídeo, pena máxima del senegalés Momo Mbaye al rozar con una mano el balón en un remate del argentino Chimy Ávila que se había ido fuera.

El propio técnico osasunista, Jagoba Arrasate, admitió que para él nunca debería ser penalti, y Sergio González, entrenador cadista, se quejó de que el VAR les había quitado dos puntos después de un partido en el que tras mandar estaban resistiendo, con magníficas paradas del argentino Jeremías ‘Conan’ Ledesma, los acosos de la escuadra navarra, que aprovechó el penalti, transformado por el croata Ante Budimir, para evitar la derrota.

El empate supone que ambos equipos incrementan su racha sin ganar. El Cádiz no lo hace desde el 1 de septiembre y ya acumula doce partidos sin vencer; y Osasuna desde el 20 de octubre y lleva seis. Así, el cuadro andaluz queda provisionalmente a cuatro puntos del descenso que marca el Celta con el encuentro de este lunes pendiente y el conjunto pamplonés es decimocuarto con siete de margen.

Deja tu comentario